domingo, 2 de agosto de 2020

EMILIA ROSA MOLINA.

HERMOSO SÍMBOLO DE LA EDUCACIÓN FEMENINA EN EL SIGLO XX

Cien años se convierten en vivencia  eterna  cuando en la memoria de un pueblo fijan hitos de beneficio público. Cuando señalan el comienzo de alguna vida excepcional entregada a fecundar cultural e implantar normas de dignidad y patriotismo.    

 Bhilla Torres Molina


Emilia Rosa Molina, esclarecida educadora veleña que por vocación y elevados valores intelectuales, se dedicó no solo a transmitir sus conocimientos a las mentes de sus alumnas, sino también, lo que es mucho más importante a cimentar principios morales en sus conciencias para a través de ellas orientar la conducta colectiva.

Nació el 13 de Septiembre de 1883, año en que se celebraba el Primer Centenario del Natalicio del Libertador. 

Hija del matrimonio de Don José Maria Molina y Doña Emilia Torres de Molina. Es posible que ese mismo día fué nimbada por un halo de pulcritud y decencia que la acompañó durante toda su vida.

 Mujer de refinados modales y de Teresiana austeridad. Inteligente, recta y con la diafanidad que irradia un alma de nítida transparencia mística.

Emilia Rosa Molina era profundamente católica y su fe fortalecía la reciedumbre de sus capacidades físicas. La oración en sus labios, por ingenua y pura, cobraba fuerza de auténtica relación entre lo humano y lo divino, entre la realidad y lo desconocido.

 Durante mas de cincuenta y cinco años ininterrumpidos, Emilia Rosa Molina fue maestra y madre para muchas generaciones. Maestra, porque en el aula, aquella elemental y desprovista aula improvisada en las amplias salas enladrilladas de viejas casonas coloniales, que también fue su hogar, ella enseñaba con metodología pedagógica esas materias del saber que harían de sus alumnas, personas capacitadas para desempeñarse como cultas y útiles en loas diversos menesteres de la vida. Madre, porque ella supo sembrar raíces que luego germinarían en conceptos de honestidad, de moral ciudadana y de maternidades honorables; porque en la escuela de Emilia Rosa se enseñaba y educaba, porque los genes inmateriales de su espíritu se disgregaban entre sus alumnas para legarle una herencia de alta virtudes, que aún pervive en las presentes generaciones porque ha sido transmitida de hijas a nietas y bisnietas.

No poseía bienes de fortuna. Era solo Directora del la Escuela Federal Unitaria Nº 16 para niñas, creada por el gobierno de Juan Vicente Gómez  y por su imponderable trabajo recibía un sueldo  un sueldo mensual de 22 Pesos, o sea, 88 Bs (sin reconversiones), dentro de los que estaba incluido el pago del alquiler del local. Si bien es cierto, que el costo de la vida era suficientemente menor que la de nuestros tiempos, tal suma tampoco  entonces podía cubrir con holgura las necesidades básicas de la más franciscana existencia. Pero ello, nunca fue pretexto para eludir responsabilidades contraídas con su alumnado.

HORARIO Y PENSUM DE ESTUDIOS:

De Lunes a Viernes las alumnas recibían clases de: Gramática, Geografía, Matemáticas e Historia.

Los Sábados se dedicaban a manualidades, tareas domésticas, Catecismo, Moral y Cívica y de Urbanidad. Maria Luisa (a quien le llamaban cariñosamente Mabiche), hermana de Emilia, era su inseparable y abnegada compañera y eficiente colaboradora en la ardua labor didáctica. 


PRIMERA PROMOCION:

Fue en el año 1922, cuando por primera vez una Escuela en La Vela realizó el acto de examen y obtuvo los documentos oficiales comprobatorios, entonces de 4º grado. Correspondieron estos a cinco (5) alumnos a saber:

Elina Maria Reyes Ramones (Malila), Petra Guadalupe Chávez (Petunia), Carmen Felicia Lovera Colina (Ucha), Emma Antonia Lovera Torres y Andrés Rosas Domínguez. Todos obtuvieron altas calificaciones. Se recuerda también los nombres de Carmen Eloisa Lamberto (la Negra), Rosa Victoria Lovera (Toya), Eusebia Antonia Reyes (Totó), Rosa María Reyes Ramones (Totín), Manuelita Boniell, Angela Antonia Lovera, Chela Garrido, Lesbia Torres Penso, Dalia Zavala, Carmen Rufina García, Celsa Negrón, las hermanas Pachano, Celinda Chirinos, Irma Mendoza, Maria Mendoza, Socorro Villavicencio y Meya Cásares.

Emilia Rosa Molina, falleció el 25 de febrero de 1964, a los 81 años de edad. Aún su mente estaba lúcida y todavía representaba un excelso y verdadero Poder Moral para la comunidad. 

.. Entonces, en una triste y conmovedora procesión entre lágrimas y preces, sus alumnas condujeron en hombros su féretro hasta el cementerio de La Vela…y allí se encuentra en el reposo de los ilustres, de los que no mueren, porque su obra los eterniza, porque se sueño es vigilia interminable para el bien común.

 



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